Con 17
años de edad, Amy se une a sus padres como carga congelada a bordo de la vasta
nave espacial Godspeed y espera despertar en un nuevo planeta, trescientos años
en el futuro. Ella nunca podría haber sabido que su sueño congelado llegaría a
su fin cincuenta años antes de lo esperado, y que sería arrojada dentro de un
desafiante mundo en una nave espacial que vive bajo sus propias reglas.
Amy se
da cuenta rápidamente de que su despertar no fue un simple mal funcionamiento
de una computadora. Alguien-uno de los pocos miles de habitantes de la nave-
trato de matarla, y si Amy no hace algo pronto, sus padres serán los próximos.
Ahora
Amy debe correr para descubrir los secretos ocultos del Godspeed. Pero fuera de
su lista de sospechosos de asesinato, sólo hay uno que importa: Elder, el
futuro líder de la nave y el amor que ella nunca podría haber visto venir.
Mi Opinión:
Tenía
tiempo sin leer una distopía, de verdad, no quería leer una y que me dejara un
mal sabor o que no pudiera terminar, así que luego de pensarlo mil veces y que
la trama me llamase tanto la atención lo intenté y lo comencé a leer, y sí, me
encantó.
Esta
trama –muy parecida a Wall-e– pero más
futurista me llamo la atención y a cada página me sorprendían más cosas.
Lo que
más me encantó del libro es que por primera vez en uno vi mencionado el tema de
racismo, vi como una escritora decidió no mentir y utilizar la palabra y como
personajes buenos habían sido adoctrinados a pensar de una manera tan
discriminatoria contra cualquiera que no fuera como ellos, y bueno, nuestra
protagonista no nació en la nave, así que imaginen eso.
Obviamente
es un libro en el que el amor entre los protagonistas es un tema principal, sin
embargo, nunca llega a empalagar y se forma gradualmente, no es un amor a
primera vista (o al menos, eso me pareció a mí), es una atracción que va
creciendo y va creciendo de manera pausada, y todavía faltan dos libros así que
a su relación aún le falta desarrollo.
Hay
momentos tortuosos como pasa en todos mis libros favoritos, el hecho de ponerme
en su piel a veces dolía, porque separarte de tu hogar y despertar siglos
después en un lugar extraño, donde las personas lucen, actúan y hablan
diferente, donde tus padres aun no despiertan... dolía, llegué a la conclusión de
que yo no lo haría.
Puntuación: 4.8/5
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